Fechas de mi buena memoria

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12 de junio, 14 de junio
16 de julio, 19 de julio, 21 de julio, 25 de julio, 28 de julio
22 de agosto, 28 de agosto, la última vez y te voy a olvidar.

¿Vas a dejarme algún día del año para mí, o pensás robármelos todos?

Sonríe,

que así el mundo cobra sentido

El corazón roto pero el alma entera

Quien dice que no se puede sobrevivir con el corazón roto, está muy equivocado. Sí se puede. Hay que seguir adelante, como sea, con lo que sea. Porque aunque parezca que ya no hay nada, siempre hay algo, alguien a lo que aferrarse. Porque del dolor siempre se aprende. Porque un día vamos a mirar para atrás y reírnos con ganas de eso que tanto nos lastimó. Porque siempre queda algo por lo que luchar.

Y hoy, voy con medio corazón en cada mano, esperando encontrar a alguien que me ayude a repararlo. Llevo una bolsa llena de ilusiones y ganas de enamorarme de nuevo (al parecer, nunca voy a aprender, pero es así, sigo creyendo en el amor a pesar de todo). Me colgué algunas esperanzas del cuello, me puse un puñado de ganas de olvidarte en los bolsillos y salí a la calle. Porque hoy quiero pelear para volver a ser feliz, para recuperar esas alegrías que me dabas y volver a sonreír sin motivo al ver el sol, volver a disfrutar una canción porque sí, porque me gusta y nada más. Quiero volver a estar bien, a darme esa oportunidad.

Y así, también me di cuenta de que hay gente que me acompaña en este camino, que quiere hacerme y verme bien. A pesar de vos, de tu puñal y de las heridas que me provocás, siguen existiendo personas a las que les importo, que no me olvidan y me lo demuestran. A ellos tengo que agradecerles por lo que soy, por ayudarme a construirme, por esperarme cuando me atraso y alcanzarme si me apuro y así caminar a mi lado. No adelante, no atrás: conmigo. Por ellos, por los que me sostienen, por los que me llenan el alma, por los que me demuestran siempre que seguir vale la pena. Por mis amigos, porque siempre queda algo por jugar!

Elegir

Parece fácil tomar una decisión, pero es difícil tomar la correcta, sobre todo cuando el límite entre lo correcto y lo incorrecto nunca termina de definirse, y más aún cuando sabemos que todas las opciones son posibles, no se pueden omitir ni descartar.

Cuando hay que elegir entre dos cosas que querés, simplemente, no se puede. ¿Cómo se hace? Cuando la mejor opción es cualquiera de las dos, cuando ambas están a la misma altura de la pirámide, a la misma distancia del suelo y del cielo.
¿Qué se hace cuando, por más que no quieras, estás atado a realizar una elección? Cuando tenés que decidir entre una cosa y otra, y la opción "seleccionar todo" no está disponible. La vida sería más fácil si este botón existiera en nuestro teclado, nos ahorraría problemas, disgustos, peleas, dolores. Porque a fin de cuentas, elegir oprime nuestro deseo de vivir. Nadie puede elegir una cosa sin perder la otra, siempre se termina perdiendo algo que no se quiere perder. Y aunque el hombre tiene la posibilidad de elección, la libertad de inclinarse hacia el lado que crea mejor, cuando no hay forma de separar un lado del otro y ambas opciones son lo mejor, esto puede resultar una condena.
Entonces, aparece la presión, y me derrumbo, ya no la soporto.
No puedo elegir entre las personas que quiero. Simplemente, no puedo.

INOCENTES!

En sus ojos nunca pude encontrar maldad!

Si me cansé de perdonar fue porque cuando duele nunca, nunca, se olvida.

¿Por qué nunca es justa la felicidad?

Cuando la canción canta verdades, ni la censura ni el rencor la han de callar...

No quiero más engaños, no quiero más daños, NUNCA MÁS.

Si todo crece, crecerá lo bueno y lo malo de la mano, y en esta hoguera de canciones y almas nos iremos quemando.

Aguanto día a día lo que me toca, acuesto a mi alma en un rincón, descubro que la vida es otra cosa...

Maldades de lo imposible siguen tejiendo trapos sin entender, que frente al espejo se cae la careta y se acaba el poder.

Valorando la libertad, más unidos que cautivos, podemos aguantar!

Si la vida y la política lo aceptan, volveré a brillar con vos.

Hay muchos límites allá afuera, y hay otros mucho peores en lo más hondo de tu verdad...¿cuánta gilada más va a ensuciar tu alma?

Y después nadie supo saltar por los sueños que se hundieron allá...

Y habrá estrellas como huellas del destino del camino de los que siempre gritaron y nadie escuchó, de los que siempre buscaron otro viento mejor.

¿Quién no ha sido blanco fácil por ser inocente y creer en la gente?

Ser la revancha de todos aquellos, que pelearon al lado, de cerca o muy lejos, y no pudieron reír sin llorar.

NO OLVIDAR, SIEMPRE RESISTIR

Sabiduría.

- Dios, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar aquellas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia.

- La sabiduría es el problema.

El nudo

Un final (llano y liso final), es lo que buscás, es lo que agitás.
Las noches de falsas victorias, terminarán.
Sonreír, (solo y por placer),
no hay tiempo ni espacio, no hay mundo ni fe...ni fe.
Porque lo que empieza acaba al fin.
La riqueza de este viaje es el cambio a esta realidad, porque si muero es por luchar, y no por mirar.
No olvidar, siempre resistir.
Que la idea sea el sol, que al milagro lo cambien y se haga verdad.
No empezar a dejar de pensar, que a las masas pensando no las venceran jamás...jamás.
El nudo aprieta mal, bloqueando al ideal.
Todos los sueños se escapan en un grito.
¿Qué cielo hay que mirar?¿Dónde está la verdad?
¿Cuándo la muerte se hará humanidad?
*El nudo, Callejeros

Gracias, porque pocas bandas me llegan como ustedes. Sé que
son inocentes y por eso mañana voy a estar ahí en Olavarría.
NO OLVIDAR, SIEMPRE RESISTIR.
GRACIAS.

Jugando

Como volar, como soñar con ángeles
como abrazar la gloria, como acostarse sobre el mar,
como vibrar, como meterse en ese flash,
como llegar a Dios,
así se siente cuando estás.

Porque jugando al olvido no me quedan inventos,
yo sé que me llevé mucho pero quiero volver por el resto.
Si un cruel destino no dejo más, no me resigno a morir igual;
si creo que todo puede cambiar... ¿cómo no voy a esperar?

Como llegar, como engañarlo a Lucifer,
como escuchar un buen rock en la más bella soledad...
Iluminame, en esta eterna noche;

acomodame el alma: yo solo siento cuando estás!

Porque jugando al olvido no me quedan inventos,

yo sé que me llevé mucho pero quiero volver por el resto.

Si un cruel destino no dejo más, no me resigno a morir igual;

si creo que todo puede cambiar...¿Cómo no voy a esperarte?

De cientosiete días de magia sólo queda un dolor,

porque el orgullo, (el gran orgullo) lo boxeó al corazón.


Porque jugando al olvido no me quedan inventos,
yo sé que me lleve mucho pero quiero volver por el resto...

*Jugando, Callejeros

Tener demasiado tiempo libre hace mal al corazón

Estos últimos días me di cuenta de que, efectivamente, tener demasiado tiempo libre es malo para la salud. Un poco de ocio está bien, siempre viene bien, pero en exceso resulta dañino para la mente y sobre todo, para el corazón.

Si no tenemos nada que hacer, dejamos que nuestra cabeza desvaríe, nos volvemos paranoicos y vemos maldad donde tal vez no la hay. Imaginamos cosas, hacemos de algo simple un problema y nos ahogamos en un mar inexistente.

Por eso, al estar ocupada, casi no te extraño, o eso intento. Volví al gimnasio, tengo notas que mantener, trabajos que entregar, deudas que pagar y un ingreso a la universidad que aprobar; no tengo tiempo para estar mal por vos.

Y así, llega la noche y me descubro dándome cuenta de que estoy pensando en vos lo mínimo indispensable, y que aunque te sigo queriendo y extrañando, ya no es dolor lo que siento.

Siento...nostalgia, esa sería la palabra indicada. Porque me encantaría volver a llamarte a la mañana para que te despiertes, y que me mandes mensajes mientras cursás diciéndome que odiás álgebra. Contarte que tengo que inventar una coreografía y que me invites a un ensayo con tu banda, porque vuelven a tocar. Preguntarte qué hiciste en el día y que me digas que te cambiaron de aula en guitarra y que tu profesora se confunde tu nombre. Decirte que la que decías que era una nena chiquita ya se está preparando para la universidad, que te rías de mí y que me digas que seguramente nos vamos a ver seguido. Que me cuentes que estás feliz porque aprobaste, que yo te diga que no entiendo nada de matemática y que me digas que me vas a explicar siempre y cuando tomemos mate. Que te cuente que voy a ir a ver a mi banda preferida el fin de semana (esa que odias), que la critiques y me digas buenas canciones para escuchar. Pedirte mi pulsera y que me digas que me la vas a devolver cuando te dé tu collar (aunque los dos sabemos que ya perdimos ambas cosas). Eso extraño, tus cosas buenas. Que me hagas reír, que te burles porque soy chiquita, decirte que te estás poniendo viejo. Tus besos, tus manos en mis manos. Tus sonrisas escasas pero sinceras, tu sentido del humor tan particular, ese "no sé qué" que tenías y que me hacía tan feliz.

En fin, es en eso en lo que no quiero pensar, esas cosas las que me destruyen. Por eso me limito a mantenerme ocupada, a pensar en otras cosas. Es hora de seguir adelante, sin rencor. Después de todo, fue bueno mientras duró. Muy bueno. No es tu culpa si yo me enamoré aún sabiendo que no debía, y no puedo obligarte a quererme; los dos sabemos bien que en los asuntos del corazón nadie elige.

Todavía te quiero, eso no te lo voy a negar, pero ya es hora de empezar a disfrutar de los días de sol de la primavera que se acerca, de conocer gente nueva, de pasarla bien, de volver a ser feliz.

De vuelta al ruedo

Guau, no sé cómo hice para encontrar mi viejo blog, aunque no pude acordarme la contraseña. Es raro, suelo ser repetitiva con las cosas, no cambio más. Así que decidí empezar uno nuevo, necesito un cambio, un nuevo comienzo.
La cuestión es que me puse a releer mis antiguos (y escasos) posts, y me asombra qué poco han cambiado las cosas. Es decir, cambiaron mucho, porque en muchísimos sentidos las cosas ya no son iguales, yo ya no soy la misma.
Pero esa persona por la que sentía cosas tan fuertes, aún está conmigo (mejor dicho, en mi corazón). No recordaba que el sentimiento fuera tan profundo, y al parecer también había olvidado el dolor; parece que no todo era tan perfecto como creía mi mente. Parece que es verdad entonces que tenemos memoria selectiva. Nuestra mente elige esos recuerdos lindos y agradables, que nos hacen bien, y los atesora sobre los malos, tapando ese dolor que provocaban como si nunca hubiera existido. Recordamos permanentemente las sonrisas, los abrazos, las mariposas en el estómago, los besos, los te quiero. Pero olvidamos (elegimos olvidar) las lágrimas, las heridas, el dolor, y esto tal vez sea un arma de nuestra mente para mantenernos a salvo, porque, si nosotros mismos no nos cuidamos, ¿quién lo hará?
Así que hoy, tantos meses después, lamento darme cuenta de que te sigo queriendo. Hoy, que hace tres meses del día más feliz de mi vida, que fue tan perfecto que otros labios no consiguieron borrarte, lamento decir que sos mi primer amor de verdad. Hoy, aunque sea una espina en mi corazón, aunque sepa que está mal y que te tengo que olvidar, HOY ESTOY MÁS SEGURA QUE NUNCA DE LO MUCHO QUE TE QUIERO.